Si esperas una respuesta a esta pregunta en este artículo lamento decepcionarte, pero una vez leí que una de las formas más eficaces de hacer que la gente lea algo era poner una pregunta en el titular. Y si estás leyendo estas líneas quizás sea verdad. El caso es que ayer en una comida de trabajo una chica pidió pescado porque había escuchado -no sabía muy bien dónde- que «El pescado es la comida de los genios». Mientras toda mi atención se centraba en que ni un sólo músculo de mi cara transmitiera mi incredulidad ante lo que acababa de escuchar no pude evitar que un pensamiento invadiese mi mente. El típico tópico «Así va España». Con esto no niego que pueda haber una correlación real entre la ingesta de pescado y algún beneficio que se produzca en la mente, pero creo que comer pescado para pensar como un genio es el equivalente a pintarte un lunar para parecerte a Marilyn. Sí-bien-bueno-vale… Puede que ayude algo, pero por sí sólo desde luego que no es suficiente.
Por eso creo que en España con la Innovación le pasa lo mismo que a esta chica con el pescado: nos gastamos mucho dinero en infraestructuras que por sí solas no nos van a volver más innovadores. Infraestructuras a veces sorprendentes: una vez fui a una empresa que tenía un cuarto insonorizado para gritar (¿?) para que la gente liberase tensiones… Si seguimos así temo que llegue el día en que nos encontremos masajistas con final feliz si lo de que de verdad queremos es liberar tensiones… Y no digo que el entorno no influya, pero, desde luego, no es lo más fundamental. De hecho a pesar de que muchísima gente relaciona el super diseño de las oficinas de Google con la creatividad, creo que hay una cosa que tiene un impacto mucho más directo: El tiempo. La mayoría de gente conoce lo bonitas que son las oficinas de Google pero muchos menos son los que también saben su modelo de innovación: el 80-20. Google pide a sus empleados que dediquen el 80% de su tiempo a realizar las labores que les corresponden dentro de su empresa y el 20% (20%!!!!!) para pensar en nuevas ideas. En España cada vez es más habitual que haya futbolines en las empresas pero agendar tiempo específico para pensar en nuevos proyectos sigue siendo bastante excepcional.
Siempre he defendido que la creatividad no es cuestión de técnica, que es cuestión de actitud, que mientras trabajaba en una de las mejores agencias de publicidad nunca vi a nadie usar ni una sola técnica pero que todos probaban diferentes actitudes para concebir ideas. Pues lo mismo pienso de la innovación, que no es cuestión tanto de tener el espacio ideal para pensar -como las oficinas de Google todoseadicho- pero sí el tiempo necesario, como demuestra en bonito este anuncio de una agencia de publicidad.
Nadie duda de gastar dinero (invertir) en espacio, cuando lo más importante es el tiempo, sobre todo el de calidad, y mejor todavía si hay un profesional capaz de sacarle el máximo rendimiento como un coach creativo, falicitador de ideas o manager de innovación o como demonios quieran llamarle. En definitiva un profesional de la creatividad que saque el máximo rendimiento a los profesionales estimulándolos y obligándoles a dedicarse, por un tiempo, a lo importante y no a lo urgente si es que de verdad quieren hacer eso que se dice tanto y se hace tan poco como innovar.
Se supone que el cerebro experimenta 70.000 pensamientos al día. ¿Cuántos de ellos los dedicas a pensar de forma creativa?
Y es que, básicamente, innovar es cuestión de tiempo. Y de actitud.