Hay películas que marcan a generaciones enteras. Una de esas películas es el club de los poetas muertos y una de esas generaciones, la mía. Inolvidable cuando el profesor se convirtió un poco en capitán de todos y nos legó toda una filosofía de vida: Carpe diem, aprovecha el momento. Se supone que el latín es una lengua muerta, pero seguro que la he matado un poco más con mi atrevida traducción de lo que yo considero aún un poquito más importante: aprovecha las oportunidades. Y es que ser consciente de que el tiempo pasa y de que nunca más volveremos a ser tan jóvenes como en este instante está muy bien, pero saber que la vida está llena de oportunidades que muchas veces somos incapaces de aprovechar por miedo, por una mal entendida prudencia, por desconfianza e incluso por pereza, también.
Y es que las oportunidades pueden venir disfrazadas de mil formas diferentes y nuestro deber es no dejarlas pasar. Hay veces que vienen disfrazadas de un disfraz tan bonito que no nos las creemos y no las aprovechamos. Por ejemplo, hace unos años representantes de una página web de precios inglesa salieron a la calle con
carteles ofreciendo a los viandantes un billete de 5 libras sin condiciones. El resultado es que sólo 28 personas de 1800 lo aceptaron. Por lo visto aquí la oportunidad se disfrazó de algo tan fácil que la gente no se lo creyó y no supo sacarle partido.
Y es que dicen que la inteligencia es como las erecciones: muy difícil de ocultar; pues las oportunidades deben ser como el amor: no siempre son evidentes y muchas veces no salen adelante porque te parece muy complicado o porque no te lo acabas de creer, pero siempre vale la pena intentarlo. Y si es verdad que el amor, cuando es verdadero, siempre triunfa, pues no debe ser mentira que las oportunidades, cuando hay verdadera voluntad, siempre se aprovechan. Por ejemplo, el domingo pasado sin ir más lejos la oportunidad vino disfrazada de apagón en la súperbowl. Algo que para muchos pudo ser considerado como un contratiempo o una verdadera putada, para otros fue una verdadera oportunidad. Al menos lo fue para Audi que aprovechando el nombre del estadio donde se jugaba la final: Mercedes-Benz Superdome, no dudó en mandar este tuit:
En el que hace mención de su su máximo competidor con un ataque directo en forma de indirecta: «Mandando unos cuantos LEDs al @MBUSA Superdome ahora mismo» lo que se tradujo en tantas sonriras como RT (más de 9.000)
El caso es que las oportunidades pueden venir disfrazadas de chollo, de putada, de cena con desconocidos, o veteasabertudequé. Lo peor de las oportunidades es que no avisan y no siempre salen como nos gustaría, pero lo mejor, es que siempre vale la pena intentarlo. Y no hace falta ponerse encima de la mesa del despacho a gritar como descosidos «Carpe Opportunum» pero sí hace falta estar muy abierto a lo inesperado y a hacer que las cosas pasen. Lo dicho, mucha «Carpe Opportunum» para todos. La vida está llena de oportunidades: llenemos nuestros días de apertura mental para detectarlas y de valor para aprovecharlas.