Supersticiones del s.XXI

A nadie se le escapa que las cosas cambian: con el tiempo hemos cambiado nuestra forma de peinarnos, de vestirnos, de relacionarnos, de bailar, de hablar, de vivir, de comer, de besar… hasta nuestra ropa interior ha cambiado:
Sin embargo hay otras cosas que, sin motivo aparente, continúan. Y una de esas cosas es la superstición. Mucha gente opina que ser supersticioso es de analfabetos, otros, sin embargo, consideran que es más propio de supervivientes, ya que en algunos casos el querer evitar la «mala suerte» nos ayudó a sobrevivir como especie. Lo cierto es que, curiosamente, aunque las supersticiones son muy diferentes de unas culturas a otras, la mayoría de culturas son supersticiosas por lo que podríamos decir que la superstición es algo que hemos interiorizado en nuestro comportamiento durante miles de años.

El caso es que en general es mucho más fácil hacer algo que tienes interiorizado de forma diferente que dejar de hacerlo. Nuestras necesidades como sociedad han cambiado así que nuestros símbolos de mala suerte también deberían hacerlo porque ser supersticioso no es malo, lo malo es no elegir bien lo que en verdad da mala suerte..

Por ejemplo, derramar sal era símbolo de mala suerte ya que la sal era un condimento muy preciado pues ayudaba a conservar los alimentos, además no era muy abundante por lo que no había que desperdiciarlo.Pero ahora la sal  no escasea y tenemos otras formas de mantener los alimentos así que ya no tiene sentido mantener esta superstición…

Entonces ¿ qué supersticiones son útiles en el s.XXI?

La lista puede ser infinita, pero lo ideal es que cada uno complete la suya propia. Yo voy a compartir sólo cinco «ismos» que creo que atraen la mala suerte.

El conformismo: Tu ex-compi de pupitre que ahora tiene un trabajo que le encanta no ha tenido más suerte que tú, quizás ha tenido menos mala suerte porque no ha sido conformista y ha estado menos tiempo en el sofá y más tiempo actuando.

– El «tacañismo»: hacer lo justo. Racanear en los esfuerzos. Hacer lo que te piden no lo que eres capaz de hacer.

El «flipismo»: Pasarte el día diciendo lo que vas a hacer y luego no hacerlo: La gente prefiere sorprenderse a decepcionarse así que es mejor no comprometerse a hacer algo que no estás seguro que  vas a hacer, y si no lo haces lo mínimo que tienes que hacer es disculparte. Sino, mala suerte.

El «buenismo»: pasarte la vida haciendo favores sin conseguir que quien los reciba los valores da muy mala suerte. Así como no pedir ayuda para conseguir lo que quieres.

El perfeccionismo absurdo: querer hacer las cosas tan bien que prefieras no hacerlas a mejorarlas poco a poco también atrae la mala fortuna. O quizás ninguna fortuna porque no haces nada.

A ver, que entre ser supersticioso y no serlo, tiene más sentido no serlo, pero si lo eres es muchísimo mejor elegir a qué serlo que no… ¿no creen?

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