Por ejemplo la PNL defiende que las palabras que usamos en nuestra forma de pensar tienen un impacto literal en nuestro pensamiento. Por eso en muchas formaciones de PNL se habla de la importancia de elegir bien las palabras y una de las palabras que menos aconsejan usar es la palabra «NO». Este consejo lo suelen acompañar con un ejemplo. El más típico es pedir a la gente que NO piense en un elefante azul. E irremediablemente todo el mundo acaba pensando en un elefante azul. A continuación se suele decir que el cerebro NO procesa la palabra «No» y que por eso es mucho mejor comunicarnos con frases que no la contengan y que sin embargo signifiquen lo mismo. Por ejemplo cambiar un «no llegues tarde» por un «vuelve pronto». La NICH No está de acuerdo con esta premisa, de hecho les parece muy divertida la propia incoherencia de la premisa «el cerebro NO procesa la palabra «NO»». ¿y justo como no la procesa tienes que utilizarla para decir que no la procesa? ¿?¿?
A diferencia de la PNL que habla del impacto literal que las palabras tienen en el cerebro, la NICH estudia la importancia de la interacción entre las palabras, la palabra «no» por sí sola no tiene sentido, sin embargo tiene muchísimo sentido relacionado con el resto de palabras de una frase, sino todos habríamos muerto atropellados al no hacer caso a nuestros padres cuando nos pedían que no cruzásemos la calle con el semáforo en rojo, no?. Y es que las palabras que usamos para comunicarnos importan. Mucho. Pero la forma en las que las combinamos, también. Me explico: a pesar de que la frase “la paella estaba deliciosa, pero seguro que engorda” y la frase “seguro que engorda, pero la paella estaba deliciosa” comparten exactamente las mismas palabras ambas producen, sin embargo, impactos muy distintos. La NICH no sólo nos invita a elegir con cuidado las palabras que usamos sino también el modo en que las combinamos: su estructura.
La NICH es una disciplina interesantísima e invito desde aquí a la gente a que se anime a conocerla… Pero si Omar y Gabo aparecen en mi lista de Navidad por supuesto que también es por haber fundado esta nueva disciplina, pero sobre todo, por la actitud que les llevó a fundarla. La actitud que en el libro protagoniza el protagonista del Corto Maltés que cuando cuando de pequeño su madre gitana le lee la mano y ve que no tiene línea de la fortuna decide coger una navaja y trazársela él mismo. Omar y Gabo fueron capaces de cuestionar lo que era aceptado por todo el mundo y justo por eso fueron capaces de mejorar un conocimiento. Desde pequeños nos dicen que criticar es malo, sin embargo el pensamiento crítico es el primer paso para mejorar las cosas. Si todos pensásemos un poco como ellos el telediario hablaría de otras cosas.
Este web me gusta mucho he aprendido tanto, muchas gracias.